Dr. Alberto Rojas - SYMPLOKÉ: LA CIENCIA COMO OBRA DE ARTE

HERMENEUSIS ARGUMENTAL SOBRE EL ENFOQUE INTEGRADOR TRANSCOMPLEJO Y LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA AUTOR: Dr. ALBERTO J. ROJAS G. CORREO: ALBERTOROJASG@GMAIL.COM SAN JUAN DE LOS MORROS; JULIO, 2013 A MANERA DE EXORDIO La hermeneusis argumental sobre la reflexión denominada El Enfoque Integrador Transcomplejo y la Investigación Educativa escrita por la Dra. Nancy Schavino se desarrolla a partir de un conjunto de argumentos desde dos perspectivas: 1. Lo ontológico 2. Lo epistemológico Desde la dimensión ontológica sistémica o transcurso de la realidad se toman para el análisis algunos elementos señalados por la autora del texto bajo escrutinio, como son: 1. La concepción de la realidad 2. La investigación educativa como fenómeno social 3. El contexto de la investigación educativa Con respecto a la primera dimensión, podemos señalar que los procesos heurísticos en materia educativa han estado dirigidos por el positivismo en el marco de la modernidad como movimiento sociológico y filosófico que aún persiste en la configuración del ámbito educativo. Lo real destaca e invita a la visión cuantitativa a marcar el camino al emprender una investigación. En este contexto, de información fragmentada, la educación mantiene su diseño inicial en el cual las instituciones educativas se movían en espacios de objetividad donde la información era escasa y el conocimiento prácticamente inexistente. En un ambiente como éste, gobernado por la razón, el educador, necesariamente, debía tener control de la información suministrada a los “alumnos” - más no estudiantes - en el marco de una lógica lineal sacralizada y de causa-efecto signada por el camino impuesto por la física en el campo de la ciencia. Esto fue consolidándose durante mucho tiempo, y, hoy en día, el mundo ha ingresado, con cierta timidez a las esferas de la postmodernidad, sin que las características de la modernidad hayan cesado en su asedio a los espacios educativos. El positivismo y algunos enfoques interpretativos se han consolidado, en una suerte de dictadura, como paradogmas. Desde una visión general se puede señalar que la escuela, sumergida en una miríada de contradicciones, no consigue el camino orientador que le proponga el rol a cumplir en beneficio de toda la sociedad, haciéndosele imposible escapar de la modernidad donde el apego a la norma única e ideologizante dificulta el surgimiento de propuestas innovadoras en el campo educativo y, por consiguiente, en materia de investigación. En el marco de la realidad antes descrita, se presentan los desarrollos científicos y tecnológicos que han impactado sorprendentemente a la sociedad como es el caso de la creciente distribución de información a través de medios como internet sin dejar una huella clara y definida en la educación formal transponiéndose dicha situación a la investigación educativa como proceso de construcción de conocimiento. Por otra parte, creo que es una tarea pendiente que la investigación educativa se constituya integralmente en un fenómeno social que implique una reflexión heutagógica desde una perspectiva transdisciplinaria más allá de los señalamientos teóricos y de los buenos deseos de algunos investigadores. En el texto en comento, la Dra. Schavino formula un camino onto-epistemológico que permita superar la realidad descrita en los párrafos anteriores donde destaca un disyuntiva epistémica, proponiéndole al investigador una multivisión del fenómeno educativo que genere convergencia hacia procesos investigativos transdisciplinarios así como una salida a la asfixia reduccionista impuesta desde los paradogmas. Desde el Enfoque Integrador Transcomplejo se propone la percepción de un hecho o de una realidad en un contexto más amplio que no se genera en las diferentes disciplinas involucradas en el acto cognoscitivo, sino que interactúan integrando o constituyendo un todo con sentido coherente. Si se piensa el fenómeno educativo desde una postura transparadigmática, la realidad como ontología sistémica deviene compleja, configurándose en un entramado polisistémico, multifacético y multidimensional que propone un mundo de posibilidades al momento de investigar los innumerables problemas que se generan desde y en la esfera educativa así como en los propios procesos generadores de conocimiento. La Dra. Schavino denomina a su propuesta El Enfoque Integrador Transcomplejo (EIT) “donde lo cuantitativo, lo cualitativo y lo dialéctico se complementan en una relación sinérgica que configura una matriz epistémica multidimensional” (p.34). Como se observa del texto citado, el EIT no niega las posibilidades de los otros paradigmas sino que los integra de manera reticular y amplia generando cinco principios epistemológicos: 1. La complementariedad en lo metodológico 2. La sinergética relacional como una ampliación epistemológica de esfuerzo y de reorganización conjuntas. 3. La dialógica epistemológica que señala la integración colaborativa transparadigmática como una suerte de interfecundación en la construcción de conocimiento. 4. La integralidad que plantea una visión dualista y amplia de la realidad, y 5. La reflexividad profunda que propone la generación de conocimiento en un espacio que se construye entre lo subjetivo e intersubjetivo en el contexto de la realidad. El principio 2 y 5 se constituyen en espacios de legitimación de la investigación y del conocimiento construido. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Schavino, N. y otros (2012) La transcomplejidad: una nueva visión del conocimiento. REDIT. San Juan de los Morros, Venezuela.